“People are curious. A few people are…They put things together, knowing all along that they may be mistaken. You see them going around with notebooks, scraping the dirt off gravestones, reading microfilm, just in the hope of seeing this trickle in time, making a connection, rescuing one thing from the rubbish.”
- Alice Munro, Friend of My Youth
“A story is not like a road to follow…it's more like a house. You go inside and stay there for a while, wandering back and forth and settling where you like and discovering how the room and corridors relate to each other, how the world outside is altered by being viewed from this windows. And you, the visitor, the reader, are altered as well by being in this enclosed space, whether it is simple and easy or full of crooked turns, or sparsely or opulently furnished. You can go back again and again, and the house, the story, always contains more than you saw the last time. It also has a sturdy sense of itself of being built out of its own necessity, not just to shelter or beguile you.”
- Alice Munro, Selected Stories
“The constant happiness is curiosity.”
- Alice Munro
Aprender es un acto de curiosidad y esperanza. Es una elección que me lleva más allá de mí o lo que creo que soy, más allá de lo que a diario otras voces -las voces escritas para ser representadas en todos los escenarios del mundo y el vivir- me dicen; sobre lo que veo, lo que importa, lo que debo preservar, lo que es nuestro; lo que me abre a la vida y los otros. Es una elección por ir más allá, y saber que no importa que tanto vaya más allá: siempre hay un más allá. La insaciable curiosidad hecha de esperanza.
Es sentir pasión por unirme a lo Otro y los Otros, en la única forma posible en que los seres humanos podemos hacerlo, llevándolos dentro, haciéndolos nuestros, nuevos y distintos al ser poseídos. Aprender es ir en la dirección contraria de la especulación, es un constante ejercicio de la asertividad y las posibilidades de la verdad. Es una elección por el gozo de la creación, porque aprender es un acto de creación, un recorrido por la consciencia de lo que es, cómo es y para qué es. Es un acto que nos permite experimentar lo fútil de la instrumentalidad como fin del aprendizaje.
Porque aprendemos, porque conocemos, la realidad deviene posible. Y es por eso que aprender siempre es un acto sin justificación, un acto implícito en sí mismo, sin razón, ni utilidad. Pero que en su no instrumentalidad nos transforma para hacer posibles lo que antes no era posible para nosotros. Aprender es una conversación con la verdad, una terca conversación que hemos mantenido desde hace milenios, somos homínidos que nunca nos hemos cansado de preguntar y buscar respuestas posibles.
La realidad toda es un acto permanente de aprendizaje, consciencia de que aprendemos y ese aprendizaje transforma y nos transforma. Cada átomo, cada célula, cada neurona, cada palabra o frase en esto que ahora escribo, conversa, se pregunta, siente curiosidad por saber cómo. Es el cómo el que nos abre a decodificar el mundo, el cómo del que viene de la mano el qué y el para qué. Cada pregunta lleva a una respuesta, y esta en sí misma gesta la siguiente pregunta, y cada respuesta al permear al mundo -mi visión del mundo, nuestra visión de lo qué es- provoca cambios impensables e imposibles, que nacieron de la curiosidad. Cambio, y cambio la realidad al cambiar. Nada está en silencio. Todo conversa. Todo habla y forma nuevos lenguajes más y más precisos y eficientes para nombrar lo real para reconocernos. El conocimiento es como un lenguaje. Frases y sonidos nuevos e impensables se gestan y renuevan nuestra capacidad de Ser y Reconocernos.
Aprendo que aprendo, esa es la brújula que ha dado dirección a lo Humano. Un destino que no conozco y que siempre es más y empuja sus bordes hacia lo imposible, un infinito del que no nos cansamos.
Carmen Mariscal
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